LA VUELTA A LA RUTINA
Todos podemos imaginarnos qué son las vacaciones para alguien de trece años. Para mí cada año es un poco más inolvidable.
Este verano ha sido realmente increíble. Pasar las tardes de piscina en piscina con los amigos y las amigas, volver a reencontrarse con amigos/as a los/as que solo ves una vez al año en la playa, pero que sin embargo siempre estás deseando volver a verles, pasar semanas en otra comunidad con la familia de fuera y así mil cosas más, detalles tan insignificantes como descansar unas horas más, dormir con alguna amiga, e incluso hacer una fiesta para siete personas en la azotea de casa. Muchísimas cosas que contar pero como en todo comienzo hay un final, (el mismo de todos los años) el final de volver a empezar llamado “la vuelta al cole” que, aunque nos lo quieran pintar muy fantástico, afirmando que volvemos a encontrarnos con los amigos, (aunque en un pueblo como Paradas, los ves de todos modos), que vamos a estrenar lápices, libretas y ropa nueva y lo importantísimo que es para nuestro futuro estudiar y ser unas personas cultas para el día de mañana. Pero, sinceramente aunque esté bien estrenar libretas, lápices y ropa es mejor dejar las libretas y los libros viejos en el cajón y quedarnos con las deportivas del año pasado.
El instituto supone muchos cambios, menos tardes callejeando, menos horas descansando, pero también más horas de estudio y mucho más sueño todo el día.
Rutina, demasiada rutina. Te despiertas, te arreglas, vas al instituto, sales, comes, estudias, un poco de ocio y casi todos los días comienzan así. Desde las siete y media del lunes esperando a que lleguen las tres del viernes.
Celia Pastor Bascón 2º B.
Este verano ha sido realmente increíble. Pasar las tardes de piscina en piscina con los amigos y las amigas, volver a reencontrarse con amigos/as a los/as que solo ves una vez al año en la playa, pero que sin embargo siempre estás deseando volver a verles, pasar semanas en otra comunidad con la familia de fuera y así mil cosas más, detalles tan insignificantes como descansar unas horas más, dormir con alguna amiga, e incluso hacer una fiesta para siete personas en la azotea de casa. Muchísimas cosas que contar pero como en todo comienzo hay un final, (el mismo de todos los años) el final de volver a empezar llamado “la vuelta al cole” que, aunque nos lo quieran pintar muy fantástico, afirmando que volvemos a encontrarnos con los amigos, (aunque en un pueblo como Paradas, los ves de todos modos), que vamos a estrenar lápices, libretas y ropa nueva y lo importantísimo que es para nuestro futuro estudiar y ser unas personas cultas para el día de mañana. Pero, sinceramente aunque esté bien estrenar libretas, lápices y ropa es mejor dejar las libretas y los libros viejos en el cajón y quedarnos con las deportivas del año pasado.
El instituto supone muchos cambios, menos tardes callejeando, menos horas descansando, pero también más horas de estudio y mucho más sueño todo el día.
Rutina, demasiada rutina. Te despiertas, te arreglas, vas al instituto, sales, comes, estudias, un poco de ocio y casi todos los días comienzan así. Desde las siete y media del lunes esperando a que lleguen las tres del viernes.
Celia Pastor Bascón 2º B.
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