EL PODER DE LA SUPERVIVENCIA
Corría con todas mis ganas y Harry me seguía, le decía que corriese más, pero su enfermedad respiratoria no lo dejaba. De repente, su respiración se cortó, miré hacia atrás y había desaparecido, sólo había unas marcas de arrastre que seguir.
Un escalofrío recorrió toda mi espalda con una sensación de que no estaba solo: un charco de sangre con unas pisadas alrededor me decía que había algo.
Anduve durante una media hora y, en un claro del bosque, ahí lo vi: era una bestia peluda, pero… rara. Llevaba a Harry en su hombro, estaba muerto, el animal lo llevaba a una cueva, pero no cabía su cabeza por la entrada y se quitó su disfraz de piel. Mi sorpresa fue fulminante al ver que era HUMANO. Un humano de unos dos metros de altura y unos ciento cincuenta kilos.
Salí corriendo para avisar a los demás y prepararlos para la carrera en la que nosotros podíamos ser las presas […]
Antonio Villalba Fernández 3º C
Corría con todas mis ganas y Harry me seguía, le decía que corriese más, pero su enfermedad respiratoria no lo dejaba. De repente, su respiración se cortó, miré hacia atrás y había desaparecido, sólo había unas marcas de arrastre que seguir.
Un escalofrío recorrió toda mi espalda con una sensación de que no estaba solo: un charco de sangre con unas pisadas alrededor me decía que había algo.
Anduve durante una media hora y, en un claro del bosque, ahí lo vi: era una bestia peluda, pero… rara. Llevaba a Harry en su hombro, estaba muerto, el animal lo llevaba a una cueva, pero no cabía su cabeza por la entrada y se quitó su disfraz de piel. Mi sorpresa fue fulminante al ver que era HUMANO. Un humano de unos dos metros de altura y unos ciento cincuenta kilos.
Salí corriendo para avisar a los demás y prepararlos para la carrera en la que nosotros podíamos ser las presas […]
Antonio Villalba Fernández 3º C
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