miércoles, 3 de junio de 2009

PENSAMOS; OPINAMOS: MI EQUIPO PREFERIDO


Y YO FUI NIÑA
Primero llegó mi hermana, y mi padre deseando que fuera niño para poder llevarlo al fútbol. Y después llegué yo, pobrecito mi padre que se pensaba que no podría llevarnos a ver al Sevilla.

Cuando yo nací a nadie se le ocurrió poner ninguna bandera de mi equipo ni ninguna bufanda adornando mi cuna, claro, ¡Si era niña! A mí no me hizo falta que nadie me dijera que yo tenía que ser del Sevilla porque toda mi familia era, mas no me lo dijeron ni me regalaban camisetas de mi equipo por mis cumpleaños. Pero es que los sentimientos no se pueden inculcar, nadie puede dirigir en lo que sentimos y mi corazón decidió que sería rojiblanco, en las buenas y en las malas. Mi pájaro se llama Biri, mi perro Locco y la perrita que teníamos antes de Locco Copas, eso de lo que en dos años conseguimos cinco.

Con el tiempo, solita fui pidiendo la bufanda que no me regalaron antes, con ocho años pisé por primera vez el Ramón Sánchez Pizjuán. Fue contra el Mallorca, victoria 3-0 y ahí algo se encendió, mi sentimiento se fue pronunciando hasta el punto de conseguir ser socia en el año del centenario.

Mi sueño desde ese año ha sido dedicarme al periodismo deportivo, esa carrera que estudian tantos y que tan pocos pueden ejercer, incluso hay quien piensa que es un suicidio profesional.

Dicen que ser sevillista como yo es muy fácil, que solo he visto lo bueno. Y es cierto, el primer año de socia viví una copa de la UEFA, luego ganamos la Supercopa de Europa humillando al FC Barcelona, conseguimos consecutivamente de nuevo la UEFA, ganamos una Copa del Rey que fue sin duda el mejor viaje de mi vida, no hace falta ir a la otra punta del planeta para que lo sea, y por último la supercopa de España humillando al Madrid. Esto tan solo en dos años, razón de peso para que durante dos años no nos moviésemos de la cabeza del ranking de los mejores equipos del mundo.

Pero dicen que en todo lo bueno hay algo malo, el 27 de agosto de 2007 la zurda de diamantes calló en el césped del Sánchez Pizjuán y finalmente falleció el día siguiente, no pudo seguir hacia adelante pero se levantó del césped para despedirse de la afición a la que pertenecía. Ese espíritu de Puerta consiguió que las dos aficiones de la ciudad se unieran en un mismo grito. Fueron los peores días que he vivido como sevillista porque la casualidad quiso que lo viviera muy de cerca, escuché a los médicos en el hospital cuando le decían a la prensa que no se pudo hacer nada por él, asistí a su último partido, no me perdí su último adiós. Imponía cuando en el minuto 16, el número de su dorsal, todo el estadio callaba, se escuchaban las voces de los entrenadores en un lugar donde hay como mínimo cuarenta mil personas. Pero el club pidió que cantásemos su nombre, y en el primer partido que lo hicimos en el minuto 16: 58 Luis Fabiano marcó un gol importante con el nombre de Antonio Puerta de fondo.

Ahora, no estamos en ninguna final estamos en posición de jugar la Champions Ligue, que se lo cuenten a mi abuelo si es para quejarse, tras el plantón del entrenador de la temporada anterior.

La conclusión que saco de todo esto es que ser del Sevilla sigue siendo muy fácil, porque cuando algo se te clava en el centro de tu corazón lo complicado es despegarlo, por eso aunque estemos hundidos en primera regional no me será difícil sentir lo que siento por sus dos colores, el rojo y blanco.

Contigo Sí o Sí: SEVILLA FÚTBOL CLUB.

Celia Pastor Bascón. 2ºB.

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